Verdaderamente una noche sin café es una expresión muy utilizada para dar entender lo que paso en un momento que todo estaba tan interesante y tan atractivo que no hacia falta café ni ningún otro tipo de bebida para mantenerse despierto, bastaba solo con lo que estaba sucediendo para mantenerse despierto, ya que todo estaba verdaderamente interesante.

Los momentos son siempre así, aquellos que remarcamos como buenos o malos tienen en común el detalle de ser intensos. Para bien o para mal, los sucesos intensos suelen quedar plasmados en el ser con fuerte impronta y seguramente no los olvidaremos jamás en nuestra vida. Es mucho más fácil olvidar siempre aquellas cosas que pasaron desapercibidas por nuestra consciencia pero todo aquello que ocupo nuestra atención siempre se trasforma en algo más difícil para atrapar desde el olvido. Lamentablemente, las cosas que con más fuerza deseemos olvidar son probablemente las que no olvidaremos nunca, por supuesto siempre se les puede dejar de prestar atención, pero estarán allí.

Existe una percepción común que parece indicar que cuando el momento es intenso el tiempo parece correr velozmente. Como si la realidad se alterase en función de lo que sentimos. Es probable que sea simplemente una cuestión de percepción, pero al final esto puede ser cierto, porque el tiempo es tan relativo como el resto de las cosas de este universo.