Durante la llegada de los colonos al continente americano muchas historias fueron las que debieron pasar para poder poblar la totalidad del continente, las tierras eran increíblemente inmensas y la justicia era muy fácil de eludir si uno se adentraba en la vida criminal ya que se podía desaparecer inmediatamente vadeando un arroyo o adentrándose en los paramos de una colina.
Es así que en el norte de América los colonos ingleses desarrollaron una serie de sistemas para atrapar a los criminales y forajidos que rompían con la ley y que hacían falta a los valores humanos en sociedad. El más eficiente de todos fue el sistema de recompensas, este se basaba en la asignación de muy ricas recompensas monetarias para todas aquellas personas que pudieran capturar «vivo o muerto» al criminal en cuestión. Este sistema fue tan eficiente que incluso se empezaron a asignar recompensas a jefes aborígenes en virtud de favorecer la guerra contra estas comunidades que solo buscaban defender lo suyo y continuar con su estilo de vida pacifico.
En estos tiempos, muchas personas avocaron su vida a perseguir criminales cobrando esos dineros, los conocidos caza-recompensas que recorrían el mundo de pueblo en pueblo buscando a los forajidos, un estilo de vida unico, y muy interesante para los historiadores.
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