El otoño como estación brinda un clima de frió que avisa a la naturaleza un cambio al que siempre esta dispuesta. Es así que nos vemos como la naturaleza, buscando el resguardo y el calor de nuestros hermosos hogares, de esos rincones que buscamos para tener un espacio propio. De esos que valoramos toda la vida.
El otoño es una manifestación climática que observamos como efecto de un leve movimiento de inclinación del eje de la Tierra, nuestro planeta, respecto del Sol, la estrella central de nuestra vía láctea que proporciona increíbles cantidades energía al espacio. Parte de esa energía nosotros la recibimos como calor, también existen otros ejemplos de energías que recibimos, como los rayos gamma. En su rotación dispara la Tierra se inclina levemente durante un periodo de tiempo, este aleja los rayos de calor sobre la superficie del planeta, lo que se siente como un descenso de la temperatura.
Las plantas que se alimentas del calor y la luz saben que el otoño les presenta el desafió de la escasez. por lo que comienzan a administrar matemáticamente los recursos que disponen para seguir viviendo, el follaje debe marcharse porque este solo sirve para capturar luz y se alimenta solamente por este medio, las raíces deben crecer otro poco.
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