La naturaleza es realmente una de las cosas más maravillosas de este Universo, es increíble que una de las construcciones más perfectas del cosmos sea en esencia parte de nuestro propio planeta y a su vez, lo fantástico, parte de nosotros mismos. Nuestra responsabilidad con la naturaleza es absoluta, no solo porque ella es la única fuente de recursos que tenemos para subsistir, sino también porque ella es nuestra gran madre y en esencia eso somos, a eso pertenecemos.
Todos los animales siempre tienen un costado tierno, ellos son una gran parte del mundo natural y su reino nos muestra lo mejor de nosotros mismos. Incluso hasta las fieras más peligrosas, que se curtieron en la vida salvaje y que gracias a su agresión no solo vivieron ellas mismas sino también sus crías, hasta esas bestias tienen también muchas veces un rato de ternura en la que se las ve pacificas y que además disfrutan de todo ese amor. La ternura en este sentido es amor, es uno de los tonos del amor, una de sus formas más puras.
Los osos cuando son jóvenes son animales muy tiernos y juguetones, la vida los va convirtiendo en guerreros excepcionales. Su lugar en el mundo sin dudas es este, pero hasta los más nobles guerreros pueden gozar de la ternura y del amor.
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