La infancia es un momento muy especial para toda persona en la vida, estos son los primeros años donde comenzamos a recibir las influencias del mundo. Lo real es que a partir de el comienzo de la consciencia comenzamos a estructurarnos como seres humanos, todas esas primeras vivencias nos hacen eco muchos después, estas asentando las bases de una perspectiva que vamos a tener acerca del mundo, lo que allí acontece es realmente muy dificil de cambiar después, porque no lo vemos, lo sentimos como parte de nosotros mismo, y nos condiciona la percepción de la realidad.
Muchas cosas de la infancia adquieren un valor muy importante, que después se torna perpetuo y permanece durante otras etapas de la vida. Un niño puede entender que algo es penoso y pensar eso el resto de su vida. Lo cierto es que siempre que llora un niño no es porque realmente este sufriendo, muchas veces desde muy temprana edad ellos son egoístas, es parte del funcionamiento mismo del cerebro y de la naturaleza humana, el egoísmo se asienta en los mecanismo primordiales que durante siglos nos permitieron dar valor a nuestra vida y tratar de salvarla. Los llantos también pueden ser una conducta fruto de un desea.
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