El conocimiento que estudia el espíritu humano, desde sus diferentes paradigmas, dogmas, perspectivas o vertientes, ha consagrado muchos grandes puntos a tener en cuenta respecto de todo lo que significa este plano del ser.

En este avance del conocimiento muchos investigadores concluyeron que existe una serie de aspectos comunes a todos los seres humanos, estos son relativos a cada uno de ellos, pero en categorías generales se pueden decir que todo ser puede tener una serie de oportunidades, debilidades, fortalezas, y amenazas.

Por un lado, tenemos a las fortalezas y a las oportunidades, esto es en sentido de la vida misma, una serie de capacidades que nos hacen mucho mejor preparados para afrontar problemas y también un bagaje de oportunidades que ya se han aprovechados o que aparecen en función de las fortalezas que tenemos. Por ejemplo, somos muy buenos comunicadores por lo que tenemos la oportunidad de ser eventualmente buenos mediadores. Un ejemplo claro que responde a las relaciones.

En el opuesto, las debilidades llevan a la contemplación de amenazas, en un ejemplo muy burdo, le tememos mucho a la oscuridad por lo que constantemente sentimos la amenaza de un corte de luz.

Este tipo de conocimiento es muy interesante para prever patrones de autismo en los niños y el desarrollo de comportamiento psicóticos en los adultos, un herramienta muy útil en el plano de la salud.

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