El arte muchas veces toma caminos inesperados, encuentra paso donde abrirse y cuando es prohibido se desata alcanzo sus mayores expresiones, las más contundentes y aquellas que perduran en el tiempo más allá de la imaginación de su creador.
Las esculturas surgen en la antigüedad como una forma de expresión muy importante que es posible que se allá originado incluso antes que la escritura. Pero realmente es ese tipo de caminos inesperados del arte, por lo menos sucede así en la modernidad, donde las personas hacen esculturas con basura o con materiales poco convencionales. Tratando de convertir cosas comunes en los objetos más maravillosos.
Las esculturas han tenido en la antigüedad un papel fundamental, ya que significaban poder, reconocimiento, y la adoración de las personas. Cuando un gobierno se apoderaba de una ciudad, la llenaba de esculturas referentes a sus propios lideres y dioses como una forma de asentar su cultura, y su forma de vida por sobre la conquistada. Esto era increíblemente necesario para aplacar toda revolución o todo sentimiento de ser ajeno, o de pensamiento libre.
También las estatuas eran la forma de conservar en el tiempo el rostro y la forma de las personas queridas, todas aquellas que se destacaron y dieron lugar a los pensamientos más maravillosos. En este sentido, hoy se conocen el rostro de muchos grandes seres gracias a la habilidad en la escultura de grandes artistas.
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