Durante cientos de años los romanos fueron una civilización que predico el desarrollo y el progreso como ninguna otra por el mundo. Ellos se consideraban el ejemplo a seguir y además pedían que los demás creyesen lo mismo. Siempre los uniformes de los romanos eran rojos, este era un color al cual le tenían mucha estima, como también al dorado, el color del oro, de las arcas, de la prosperidad. Pero a su vez, existía un color que los romanos deseaban, todos ellos lo querían, este era el color morado, el símbolo de mayor estatus dentro de la sociedad.
Solo las primeras figuras del gobierno, y los generales de más alto reconocimiento podían llevar un accesorio de color morado en publico. Ni siquiera a los senadores, o a los comerciantes más ricos se le permitía tal grado de honor, aunque muchos de ellos siempre encontrasen rebuscadas formas de salirse con la suya.
El valor del color morado en la antigüedad residía en que era muy dificil de obtener, y para teñir las telas y que quedara bien, se debían tener muchos materiales dificiles de conseguir, entre ellos tinta de calamar, un verdadero lujo que los antiguos consideraban solo para quienes lo mereciesen.
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