Todas las marcas de carros son muy distintas y tal vez sin notarlo representan mucho de lo que significa la nación donde se origino la marca, a pesar de que en la actualidad todas compitan como empresas en el mercado internacional y sus productos se consumas tal vez más en el extranjero que en su propia nación.
Es por eso que nos encontramos con marcas que inmediatamente sabemos el origen de las mismas con solo entender algunos aspectos de su diseño o del su funcionamiento. En el caso de BMW no nos es difícil obviar su impronta alemana. Son coches sofisticados diseñados en metales, propios de la gran industria siderurgia de la nación germana. Además mantienen las parrillas frontales clásicas que se asemejan mucho a la de todos los automóviles europeos de antaño, un detalle que no se puede obviar para nada.
En esta oportunidad destacamos el modelo X5, porque ya habíamos hablado una vez del X1, y este modelo es el recurso familiar que BMW presento para suplir las necesidades de los consumidores y para darle una iniciativa más a la marca. El modelo X5 es mucho más espacioso pero similar en todos los demás aspectos al X1
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